Esto de introducir las nuevas tecnologías en el aula lleva en muchos casos a la frustación y posterior abandono. Supongo que al empezar nos planteamos unos objetivos demasiado elevados, imposibles de alcanzar, dado dónde nos encontramos. Nuestro alumnado nunca va a sentirse estusiasmado pro todo aquello que le suponga un sobre esfuerzo. Pero si es cierto que con ellas podemos llegar de una manera eficaz (entendiendo por esto que aumente mínimamente su interés) a un mayor número. Por ellos las nuevas tecnología suponen una herramienta más en nuestra labor docente.
Recuerdo cuando yo era estudiente de bachillerato, lo extrordinario y sorprendente que era una sesión de diapositivas (normalmente en ciencias), o el entusiasmo de mis primeros alumnos ante la visualización de videos. Cuando quise ir más allá, con actividades sobre ellos, el interés decaía enormemente. Actualmente los videos conviven con el aula de forma natural, el profesorado lo utiliza sin reparos y el alumnado lo soporta como al libro de texto.
Las TIC, dentro y fuera del aula no dejan de ser una novedad, al que todos tenemos que acostumbrarnos y apender a utilizar, para sacar el máximo provecho. No hay duda que supera a los medios anteriores, y unido a internet, supone llevar los recursos más allá del aula, donde no llega el libro ni el profesor.
Pero de ahí, a esperar un aumento generalizado y espectacular del trabajo del alumnado hay una gran diferencia. Por mucho que hayan nacido en la era digital, el esfuerzo y dedicación necesario para utilizarlo en lo que a nosotros nos interesa, no están dispuestos a hacerlo.
También tratan sobre estos temas Francisco en su Aulablog21: Encuesta a los nativos digitales,o Juan Freire en Wikis, blogs y docencia: todo lo que la universidad debería aprender de las enseñanzas medias.
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